Las actividades de senderos en el ambiente natural despiertan el interés desde el amor y la empatía por los recursos naturales, funcionando como un disparador para concienciar respecto de nuestras acciones cotidianas, tales como conciencia de consumo, tenencia responsable de mascotas, intervención en el ecosistema a la hora de elegir plantas, fomentando la importancia de las plantas nativas, entre otras. El sendero no debe ser en fin en sí mismo, sino que debe despertar curiosidades, dudas, que movilicen a la investigación y propicien el inicio de hábitos amigables con nuestro entorno natural. Quienes participan de las actividades vuelven luego de la primera experiencia y lo replican entre sus amigos y familiares.